Cárabes
Un Apellido de Peñamellera Baja
El apellido Cárabes, también conocido como Cáraves o Caravés, tiene sus raíces en el hermoso concejo de Peñamellera Baja, situado en la región de Asturias. Este linaje se ha destacado a lo largo del tiempo y ha dejado una huella en la historia de esta pintoresca región.
El Escudo de Armas de los Cárabes
El escudo de armas de la familia Cárabes es un elemento distintivo que ha representado a este linaje a lo largo de generaciones. Este escudo está cargado de simbolismo y elementos heráldicos que cuentan la historia de la familia.
El fondo del escudo es de color sinople, un verde brillante que evoca la naturaleza y la belleza de la región de Peñamellera Baja. En el centro del escudo, destaca una banda dorada que cruza diagonalmente el campo. Sobre esta banda, se encuentra un lucero de oro, que brilla con fuerza y simboliza la luz que guía a la familia en su camino a través de la historia.
Justo debajo de la banda dorada, se puede apreciar una cruz trebolada de color gules, un rojo intenso que agrega un toque de pasión y devoción al escudo de armas. La cruz trebolada es un símbolo de fe y espiritualidad que ha sido importante para la familia a lo largo de los años.
Además de estos elementos centrales, el escudo de armas de los Cárabes cuenta con una bordura plateada decorada con ocho aspas de color gules. Estas aspas añaden un toque adicional de estilo y complejidad al diseño, representando quizás eventos significativos o conexiones familiares.
Un Legado en Peñamellera Baja
El apellido Cárabes es un recordatorio vivo de la historia y la herencia de Peñamellera Baja. A través de su escudo de armas, la familia Cárabes ha dejado una marca perdurable en la identidad de esta región asturiana. El escudo es más que una simple imagen; es un símbolo de orgullo, tradición y continuidad que representa la rica historia de la familia en Peñamellera Baja.
Conocer Asturias
«Además de la belleza paisajística, las playas asturianas ofrecen una amplia variedad de servicios y actividades para todos los gustos. Muchas de ellas cuentan con chiringuitos y restaurantes donde se pueden degustar platos típicos de la región, como la sidra y los mariscos frescos. También es posible realizar rutas de senderismo y disfrutar de las vistas panorámicas que ofrecen los acantilados y miradores cercanos a las playas.»