Quintalina
Un Linaje Asturiano de Distinción
El apellido Quintalina es un linaje arraigado en la región de Asturias, que ha dejado una huella perdurable en la historia de la nobleza asturiana. Su escudo de armas, una representación heráldica de la familia, cuenta con dos versiones distintas, cada una con su propio simbolismo y significado.
Primera Versión del Escudo de Armas
La primera versión del escudo de armas de los Quintalina presenta un fondo dorado (de oro) que simboliza la riqueza y la nobleza. En este fondo, se destacan ocho cuadros o jaqueles en color negro (de sable). Los jaqueles son un patrón cuadriculado que otorga un aspecto distintivo al escudo. Además, una bordura plateada (de plata) rodea el escudo y está adornada con ocho armiños en color negro (de sable). Los armiños son pequeños mamíferos conocidos por su pelaje blanco con manchas negras, y a menudo se asocian con la nobleza y la pureza.
Segunda Versión del Escudo de Armas
La segunda versión del escudo de armas de los Quintalina tiene un fondo dorado (de oro) similar al de la primera versión. Sin embargo, en esta variante, encontramos tres fajas en azul (de azur) que cruzan el escudo horizontalmente. Estas fajas representan elementos como la lealtad, la fortaleza y la verdad. Al igual que en la primera versión, la bordura que rodea el escudo es de color rojo (de gules) y está adornada con ocho aspas doradas (de oro).
Significado y Legado
El escudo de armas de los Quintalina es un testimonio de la historia y la distinción de esta familia asturiana. Los colores, patrones y elementos heráldicos en el escudo reflejan los valores y la nobleza que han caracterizado a esta familia a lo largo de las generaciones.
A través de los siglos, los Quintalina han dejado una marca significativa en la historia y la cultura de Asturias. Su escudo de armas es un símbolo perdurable de su identidad y su legado en esta hermosa región del norte de España.
Conocer Asturias
«La gastronomía asturiana es otro aspecto fundamental de su cultura. La sidra asturiana es famosa en toda España y se bebe de una manera única, vertiéndola desde una altura considerable para oxigenarla y mejorar su sabor. Los platos tradicionales como la fabada asturiana, un guiso de fabes (judías blancas) con chorizo, morcilla y panceta, son conocidos y apreciados en todo el país. Otros platos como el cachopo, un filete empanado relleno de jamón y queso, también son muy populares.»